En una ciudad del norte brasileño por fin pude disfrutar de esta ave tan peculiar que se me resistía. Se trataba de una madre con cuatro pollos criando en un agujero de un edificio alto donde destacaba por sus sonidos estridentes. Los roedores ocupan gran parte de su dieta, a los que sorprende por la noche gracias a sus movientos completamente sigilosos. Es una especie de mayor tamaño y más pesada que la europea (Tyto alba).
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